EL PÉNDULO DE LA VIDA
Aunque viajemos a velocidad de la luz,
movimientos rítmicos de la vida, no hemos de cambiar.
Existen siempre dos polos a la espera,
la ley, es saber balancearse sobre el filo de la navaja.
Elegir el polo acertado, es cuestión de decisión,
aun cuando estemos desconsolados,
viviendo en el polo obscuro, siempre habrá luz:
al quitar las vendas de los ojos.
En el movimiento rítmico del péndulo,
las circunstancias de la vida van cambiando,
al igual que las estaciones del año.
No todo el tiempo será verano, ni tampoco invierno,
luego de una noche obscura, habrá un día iluminado.
Manejar el hilo conductor del péndulo, es desafío
cuanto más alto y firme lo agarremos,
respetando el ritmo natural del péndulo,
las cosas que deseamos sucederán.
©Mabel Coronel Cuenca
Aunque viajemos a velocidad de la luz,
movimientos rítmicos de la vida, no hemos de cambiar.
Existen siempre dos polos a la espera,
la ley, es saber balancearse sobre el filo de la navaja.
Elegir el polo acertado, es cuestión de decisión,
aun cuando estemos desconsolados,
viviendo en el polo obscuro, siempre habrá luz:
al quitar las vendas de los ojos.
En el movimiento rítmico del péndulo,
las circunstancias de la vida van cambiando,
al igual que las estaciones del año.
No todo el tiempo será verano, ni tampoco invierno,
luego de una noche obscura, habrá un día iluminado.
Manejar el hilo conductor del péndulo, es desafío
cuanto más alto y firme lo agarremos,
respetando el ritmo natural del péndulo,
las cosas que deseamos sucederán.
©Mabel Coronel Cuenca
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