lunes, 30 de junio de 2014

TACURÚ PUCÚ



Entre los valles de los tacurúes,
nace mi Tacurú Pucú querida,
es la tierra roja de guaicurúes
del Acaray y Paraná emergida.


De la selva ha quedado poco o nada,
pero ha sobrevivido la yerba mate,
con el tereré y el mate, en la ronda
de amigos el corazón más fuerte late.

Es mi gente fiel y de piel morena,
es descendiente de la india doncella.
Guerrera incansable, pero serena,
la adversidad con su fuerza atropella.

Tierra fecunda, aquí el odio perece,
sin embargo el amor siempre florece,
aunque cultivado entre piedras brutas
serán perfectas y dulces sus frutas.

En el seno de mi tierra Hernandarias,
crecen los versos y nacen poetas,
es cuna de figuras legendarias
por sus obras para nada discretas.

©Mabel Coronel Cuenca


Imagen de la ciudad de Hernandarias, la antigua Tacurú Pucú


AMOR PASAJERO





Arrojé al vacío tu nombre, mi hombre.
Grité a los cuatro vientos mi desgracia,
quizás tu recuerdo desde hoy me asombre,
pero tu amor no es más que una falacia.

Es que mi corazón ya moribundo
se perdió entre tus puntos cardinales,
viajó de este a oeste en un segundo
intentando adivinar las señales.

Encadenar tu aliento con un beso,
mientras tanto pasaba la tormenta,
-eso quería, aún anhelo y confieso-
la duda fue más fuerte y me atormenta.

Fue crucial el frío de tu mirada
para comprender que no era tu amada.
De Norte a Sur he buscado respuestas,
inútil búsqueda, encontré aguafiestas.

Maté tu amor, ese amor moribundo,
ya sabía que no era de este mundo,
era intenso, pasajero cual brisa,
-adiós, no, gracias, a este amor suicida-

©Mabel Coronel Cuenca


Imagen de la red

SIETE MARES





Con la brújula rota he naufragado,
navegante he sido yo de tus mares,
he conocido tus profundidades,
al mirar el mar que en tu suave rostro
se formaba; y Tiamat solo gozaba,
mientras mi barca al abismo arrastraba.

Los titanes de los mares con nutria
me han confundido, buscando mi patria,
sus arpones me lanzaron y dieron
precisos a mi corazón de ninfa.

He desangrado durante mil lunas,
pero una estrella fugaz titilante
me ha llevado y he probado agua dulce.
Pasé tempestades, me he agitado
al cruzar los siete mares, no ha sido
Poseidón el que mi barca ha calmado.

Fuiste tú, solo tú, mi bienamado.
Han sido tus besos el elixir
que mis tantas heridas ha sanado.
Es por ti que mi barca he atracado.

©Mabel Coronel Cuenca


Imagen de la red

ARTESANA DEL AMOR




Aunque no sea artesana, en la forja
de la vida, con golpes y candela,
los amores he forjado, impregnando
en mi piel cicatrices, voy buscando
al amor, y quizás echar raíces.

Planetas como Marte he transitado,
las veces que en cráteres he caído,
tropezando en los hombres que creyeron
ser Hefesto, sin poseer la llama.

Incapaces son de hacer estallar
el volcán por siglos adormecido.
En cada nacer del sol anhela
mi corazón, al amor sucumbirse.

Mientras que no sea ante un hombre cojo,
pues yo recojo en las líneas rectas,
de ramas firmes y fuertes florezco.

El fuego del amor me ha consumido,
una y otra vez, al igual que el ave
fénix he renacido de cenizas,
siendo la niña artesana de amores.

©Mabel Coronel Cuenca


Imagen de la red

viernes, 27 de junio de 2014

SOY MUJER


SOY MUJER

Camino este lazo de mi existencia
con la fuerza germinando en mí.
En mi andar, surgen capullos astillados de luz,
fervientes sorbos que bebe mi alma.
Si abro mi puño, se celebra una comunión:
lágrima, ternura, esfuerzo, sonrisa y pena
se abrazan enarbolando el perdón.

Soy mujer,
tengo un pentagrama escrito en la piel:
la historia y la experiencia de vida
dibujaron notas de orgullo
para mi estirpe femenina.
Mi cuerpo se asimila a paisajes terrestres
y en mi sangre vibran violines de fertilidad. 

Soy mujer,
vengo de una matriz eximia
destilando calma y humildad
y de mi útero es mi descendencia.
De mis senos emana miel y leche
y en mi regazo sueña un retoño.

Soy mujer,
con una balsa de alas enamoradas
transitándome las venas,
con la agitada bandera del coraje,
desflecada por amor y paciencia,
cepillando temores y adversidades.

Soy mujer,
y avanzo
con el rotundo eco de mi grito:
"No quiero ser exiliada de la ciencia 

©Mariette Mounier 
Mza - Argentina

LÁGRIMAS DE UN HOMBRE


LÁGRIMAS DE UN HOMBRE

Torrente de aguas turbias sazonadas
empañan la claridad de los ojos
de un caballero que sin armaduras
ha quedado al escuchar ese no
por vez primera, aunque no era doncella
hizo ver estrellas a quien pagara
el precio que evitara aquel desprecio.

El lamento de un hombre enamorado
se transmuta en las lágrimas de niño,
el manantial cristalino que emerge
de los surcos de la mirada triste
de ese niño grande que se ha perdido
corriendo tras su pandorga caída
en territorio vecino es destino.

Caballero o gavilán de alas rotas,
las lágrimas siempre serán del hombre
que no ha podido comprar el juguete
exhibido en la vidriera vecina.

©Mabel Coronel Cuenca

lunes, 16 de junio de 2014

PEQUEÑO ILUMINADO

Pequeño iluminado


Hoy he pensado en ti

mientras mis dedos suaves de mujer,
con movimientos suaves te buscaban,
entre los surcos de donde emana leche y vida,
allí te encuentras tú, sólido,
inmutable al tiempo y al tratamiento.


Como una advertencia quizás,

para buscar un esperar
de esperanza y fe aumentadas,
cada mes nos encontramos,
como dos amantes en privado.


Un espejo, tu imagen reflejada,

¿cómo no verte? ¿cómo no sentirte?,
si estás tan dentro mío,
aunque sé que algún día,
en un amanecer cercano no estarás,
te habrás ido y no volverás.


Ocupas un lugar que no es tuyo,

destinado a dar vida y amor,
a un ser pequeño e iluminado,
destinado a dar luz a los demás,
sólo ese día podré estar feliz,
pues sé que mi luz podrá apagarse.



©Mabel Coronel Cuenca
Hernandarias - Paraguay

EL CAUTIVO

El Cautivo


Tú que eres andariego de los campos
buscando segar las flores silvestres,
ansiando descubrir los elementos
para la alquimia y al amor adiestres.

Tú que eres navegante de 7 mares,
domando mar en furia y tempestades,
durmiendo con el canto de sirenas
sueñas con ninfas buscando mitades.

Tú que eres peregrino entre los cerros
de tierras áridas y de humedales,
buscas liberar fieras del encierro
limando aquellos grillos personales.


Tú que eres gavilán siempre voraz,
cazando en cielos extraños palomas,
al abrir alas usas el disfraz
del rey águila mientras más te asomas.

Es mi pluma la pócima perdida,
ese elemento para transmutar
andariego a corazón sedentario,
la que hace anclar a todo navegante,
tierra prometida del peregrino;
y al gavilán lo transforma en paloma.

Quien logre alguna vez ser el cautivo
de mi pluma inquieta será tatuado
en los versos escritos con la aurora.
Ámame y serás eterno con mi pluma.


©Mabel Coronel Cuenca

Hernandarias - Paraguay

domingo, 1 de junio de 2014

LA ROSA

LA ROSA


Cuando llegue mi ocaso seré nebulosa,
cargada de versos sublimes titilantes,
y serán mis instantes las que fabulosas
historias harán renacer, quizá inquietantes
enigmas, las que solo serán reveladas
a quien tenga el velo suelto por un instante.
Cuando llegue mi invierno he de florecer,
de mis perennes versos brotarán capullos,
habrán de color blanco, un eterno querer;
-inocencia de niña grande, una mujer-
la rosa pedirá clemencia, una indulgencia
por aquellos que no pudo salvar y amar.
Serán mis versos de color púrpura un eco
de mis cicatrices, haciéndolas imborrables,
recordando las noches de eterno plenilunio
viviendo solitariamente mi infortunio.
Al divagar por mi camino lleva siempre
una luciérnaga, acaso te haga falta aceite
en tu vieja lámpara, lleva también ungüento,
para tus pies descalzos que sufrirán heridas,
encontrarás piedras afiladas, incluso fieras.
Al final del camino te esperará una rosa,
aquella que no se marchita, regada con versos,
la planté en terreno árido mientras soñabas.
Nacieron fuertes sus hojas con el crepúsculo.
©Mabel Coronel Cuenca