-A Teresa de Calcuta-
Manos generosas, diminutas, sencillas;
recorres los surcos de las viejas heridas.
Manos cariñosas, repletas de virtud;
Amansas las fieras con un toque de amor.
Manos bondadosas, de la estirpe sagrada;
brindas el alimento que calma al hambriento.
Manos callosas, del trabajo duro en la viña;
has recogido la vid más dulce para el vino.
Manos vacías, sin avaricia ni codicia;
has dado todo por recibir siempre nada.
Manos fraternales, tan amigas, tan hermanas;
Así son tus manos virtuosas, madre Teresa.
©Mabel Coronel Cuenca
Hernandarias – Paraguay