lunes, 3 de junio de 2024

 El Picadero: Un Viaje Entre la Inocencia y la Traición

Por Mabel Coronel Cuenca
El poema "El Picadero", nos invita a una introspección profunda, donde la inocencia infantil y la traición adulta se entrelazan en un escenario onírico. La estructura del poema, aparentemente sencilla, encierra una complejidad emocional que merece una lectura cuidadosa y una reflexión pausada.
La Risa de los Niños y la Ilusión del Picadero
El poema comienza con una imagen vibrante y esperanzadora: un picadero enllamarado con la risa de niños felices. Esta primera estrofa nos sumerge en un ambiente de bullicio y alegría, donde la risa se convierte en un fuego que aviva el espíritu del lector. La risa de los niños, un símbolo universal de inocencia y alegría, contrasta fuertemente con las sombras que se revelarán más adelante. La palabra "enllamarado" no solo evoca un fuego físico, sino también un fuego emocional, una pasión que arde con fuerza y que podría consumir tanto el cuerpo como el alma.
La Presencia Amenazante de los "Niños Malos"
En la segunda estrofa, el poema da un giro oscuro: unos niños malos con barba, que resultan ser hombres traicioneros, han apuñalado mi alma por la espalda. Este cambio abrupto introduce el tema de la traición y la pérdida de la inocencia. La barba, un signo de adultez, indica que estos "niños malos" han dejado atrás su inocencia para convertirse en figuras amenazantes. La traición es doblemente dolorosa porque proviene de aquellos que alguna vez fueron niños, una alegoría de cómo la vida y la experiencia pueden corromper la pureza original.
La Melancolía y la Reflexión
La tercera estrofa nos muestra mi estado de tristeza y resignación. La imagen del picadero, un lugar donde los caballos son entrenados y domados, se convierte en una metáfora de la vida misma. Observando este picadero, siento una tristeza profunda y serena. El "suspiro hondo y con calma" refleja una aceptación melancólica de la realidad. El acto de "abrir el telón de aquel circo" sugiere una revelación, un enfrentamiento con la verdad de la existencia.
El Circo de la Vida y los Payasos
El poema culmina con una imagen poderosa: un circo lleno de payasos. Aquí, me reconozco como un payaso más entre las gradas. Este circo, con "más payasos que yo", es una representación de la vida misma, donde todos actuamos roles en un espectáculo a menudo absurdo. La figura del payaso, tradicionalmente asociada con la risa y la tristeza, encapsula la dualidad de la experiencia humana: la capacidad de encontrar humor incluso en la desesperación.
Reflexión Final
"El Picadero" es un poema que nos confronta con la dualidad de la vida: la inocencia y la traición, la alegría y la tristeza, la risa y el llanto. A través de imágenes vívidas y un tono melancólico, quise llevar al lector en un viaje introspectivo que revela tanto la belleza como la crueldad de la existencia humana. Como autora, mi intención fue crear un universo poético donde cada palabra y cada imagen resuenen con una profundidad emocional que toque el alma del lector.
EL PICADERO
He soñado un picadero
enllamarado con la risa
de niños felices en bullicio
esperando darme una paliza
y matarse con más risa.
Al fondo también veía
unos niños malos con barba,
eran hombres que por la espalda
han dado con estoque a mi alma.
Me he puesto algo triste
observando el picadero a mi espera,
un suspiro hondo y con calma,
abrí el telón de aquel circo
con más payasos que yo en las gradas.
©Mabel Coronel Cuenca
Imagen tomada de la red
Puede ser arte

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