lunes, 3 de junio de 2024

CÓMO QUISIERA: UNA EXPLORACIÓN DE LOS ANHELOS HUMANOS EN LA POESÍA DE FRANCISCO XAVIER RAMÍREZ SÁNCHEZ

Por Mabel Coronel Cuenca

El poema "Cómo quisiera" de Francisco Xavier Ramírez Sánchez nos invita a un viaje introspectivo a través del anhelo humano de trascender, de ser más de lo que nuestras limitaciones nos permiten. Con una lírica que se conecta profundamente con el alma, el poeta expresa deseos universales de transformación y redención, y lo hace de una manera que se manifiesta con la pureza de un corazón noble.

Desde los primeros versos, Ramírez Sánchez plantea un deseo casi utópico: "Cómo quisiera tener mil vidas / para cambiar del mundo la faz". Aquí, se nos presenta a un narrador que anhela multiplicarse, que siente que una sola existencia no basta para llevar a cabo su visión de un mundo mejor. Este sentimiento de insuficiencia ante la vastedad de los problemas del mundo es algo con lo que muchos pueden identificarse. La idea de tener múltiples oportunidades para corregir errores y fomentar la paz es un tema recurrente en la literatura y la filosofía.

El poema continúa con una serie de figuras históricas y simbólicas: el cavernario, Galileo, el pescador, el sacerdote. Cada una de estas imágenes está cargada de significado y nos lleva a reflexionar sobre diferentes aspectos de la condición humana. Ser un cavernario, por ejemplo, nos remite a los orígenes de la humanidad, a un tiempo en que el fuego era tanto un arma como una herramienta de unión. Ramírez Sánchez desea tomar "sólo el calor" de ese fuego, sugiriendo una purificación de lo que nos hace humanos, un regreso a la esencia del amor puro y desinteresado.

La mención de Galileo y el oficio de pescador evoca la figura de Jesús y sus discípulos, reforzando la idea de seguir un camino de sacrificio y servicio. El deseo de ser sacerdote y de poseer la santidad de un frayle también refleja un anhelo de pureza y de capacidad para perdonar y redimir a la humanidad. Estos deseos, sin embargo, son reconocidos como imposibles en la vida real, lo que añade una capa de melancolía al poema.

A medida que avanzamos hacia la segunda parte del poema, el tono cambia ligeramente. Ramírez Sánchez se resigna a la imposibilidad de sus deseos, pero encuentra consuelo en la oración y en la esperanza de ser "justo y noble". Este cambio marca una transición desde la fantasía de lo imposible hacia la aceptación de la realidad y la búsqueda de virtudes alcanzables.

El legado que el poeta desea dejar es uno de observación y apreciación de la naturaleza: "el don divino de observar". Aquí, Ramírez Sánchez nos recuerda la importancia de conectar con el mundo natural, de encontrar la belleza en los pequeños detalles como "el azul del cielo", "el centellear de la madreselva" y "el cantar de la cascada". Estos elementos naturales no solo embellecen la vida, sino que también nos ofrecen una forma de meditación y conexión espiritual.

Finalmente, el poema concluye con una visión de paz eterna, un anhelo de múltiples muertes que permitan "gozar con cada una / un mil momentos más de paz". Esta visión, aunque idealista, nos deja con un sentido de calma y resignación ante la finitud de la vida.

En resumen, "Cómo quisiera" es un poema que, a través de su lírica sencilla pero profundamente evocadora, nos enfrenta con nuestros propios deseos de trascendencia y redención. Ramírez Sánchez nos ofrece una reflexión sobre la naturaleza humana y nos recuerda que, aunque no podemos cambiar el mundo con una varita mágica, podemos encontrar la paz y la belleza en la vida cotidiana y en nuestras interacciones con el entorno.


CÓMO QUISIERA

de Fco. Xavier Ramírez Sánchez

Cómo quisiera tener mil vidas
para cambiar del mundo la faz,
y dar a mi hermano como consigna
la gloria indemne de santa paz.

Cómo quisiera ser cavernario
para tomar del fuego sólo el calor,
y darle al mundo un nuevo lenguaje
basado todo en puro amor.

Cómo quisiera ser Galileo
y de oficio ser pescador,
para unirme a la grey del Hombre
y seguir los pasos del Salvador.

Cómo quisiera ser sacerdote
y tener del frayle la santidad,
para olvidarme de sus pecados
y absolver a la humanidad.

Cómo quisiera tener mil vidas,
para tener la oportunidad
de borrar maldad e inquina,
dejando sólo bondad.

Ya que esto no es posible,
sólo quisiera al cielo rogar
me permita ser justo y noble
para a los míos honrar.

Dejarles como legado
el don divino de observar,
para gozar del azul del cielo
y arrullarse con son de mar;

el centellear de la madreselva
y el cantar de la cascada;
la majestad del halcón en vuelo,
y la organización de la parvada.

Vibrar al ritmo de la lluvia
cuando cae, refrescante, en la roca,
o del colibrí cuando rampante
salta feliz de rosa en rosa.

Tener al sol como amante
y a la luna vigilante,
enmedio de un cielo estrellado
o de una mañana suspirante.

Dar gracias a la madre tierra,
que nos ofrece su simiente
sin más tributo que pagar
que llegar a dormir en su vientre.

Ser feliz y hacer feliz,
perdonar agravios e indolencia,
condenar la traición
y exaltar la inocencia.

Y, al final, cuando la luz se apague,
cómo quisiera tener mil muertes más,
para gozar con cada una
un mil momentos más de paz.




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